¿Quién eres? ¿Realmente sabes quién eres?
Es muy importante que te plantees esta pregunta, porque de lo que tu creas que eres, depende lo que tú eres.
A pesar de que somos seres humanos fundamentalmente espirituales con un componente material, a un nivel más tangible, necesitamos responder a una identidad personal, no tan sólo a una identidad genérica. Y es tan importante la fuerza de nuestra propia identidad, que en base a ella nos comportamos.
Supón que te propongo realizar un crimen. Me imagino que habrás respondido que no, a no ser que seas un criminal, pero, ¿qué contestaría una persona con la convicción de que es un criminal? Pues, seguramente: “¿Qué hay que hacer? ¿Cuánto gano yo?”
Es enorme la fuerza que opera en nosotros cuando nos identificamos con alguien o con algo. Esa fuerza es la que nos lleva a actuar en consecuencia.
El ser humano siempre actúa en consecuencia a la identidad que percibe de sí mismo.
Cuando sentimos que alguien nos ofende, es momento de pensar que no es posible que nada ni nadie nos ofenda, lo único que sucede es que esa persona que nos grita y que intenta ofendernos, simplemente está haciendo lo propio de la persona con la identidad con la que se identifica. Lo cual, es un asunto suyo personal y no le confiere ningún poder en absoluto sobre nosotros.
Nuestro nacimiento, inicia una larga etapa para poder identificamos con nosotros mismos y actuar en consecuencia. Es posible que existan factores genéticos que nos favorezcan para tal o cual identidad, pero, ello tan sólo favorece, no determina.
¿Quién eres realmente? ¿Quieres saberlo?
Te propongo un ejercicio. Toma papel y lápiz, asegúrate de que nadie te va a molestar y disponte a escribir.
¿Quién eres? Haz una lista detallada de todas las características que te hacen ser tú. Tus cualidades, tus defectos, tus anhelos, tus desengaños, todo tú. (Hazlo y después sigues) Ej.: Soy simpático, soy bondadoso, soy optimista, soy vanidoso…
Bien. Una vez que tengas tu lista de quién eres, te voy a pedir que amplíes la información. Vas a listar todos tus comportamientos que avalan y demuestras lo anotado anteriormente, es decir, si has puesto “soy una persona alegre”, tienes que dar todas las acciones de tu vida que avalan esa característica.
Trabaja concienzudamente esta tarea. Es posible, casi seguro, que no te va a ser posible hacerlo en una sola "sesión", así que vuelve a retomarla las veces que sea necesario. A medida que vayas recopilando "avales", más te entusiasmará seguir.
Hazlo, verás que para algunas cosas encuentras más avales y demostraciones, son aquellas que verdaderamente eres.
Te aseguro que vas a aprender mucho de ti.
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